Duración: 3 horas

Tipo de camino: camino de tierra, algunos tramos campo a través

Dificultad: media.

Desnivel: 350 m

Época del año: otoño (octubre- diciembre)

Material: calzado y ropa cómodos, gorras, agua, bocadillos, cesto para las setas.

Interés: dejaremos los coches junto a un pequeño bosque de ribera, donde podemos observar alguna de sus setas típicas: seta de álamo (Agrocybe aegerita), orejones (Helvella leucopus), Lentinus tigrinus, etc.

A unos 400 metros tenemos el encinar adehesado sobre sustrato ácido del Cerro del Majano, donde podemos ver bastantes hongos, muchos de ellos propios de este tipo de sustrato, como el faisán de la jara (Leccinum corsicum), el níscalo lanoso (Lactarius tesquorum), el níscalo de las jaras (Lactarius cistophylum), Cistoderma terrei y Amanita curtipes. Este lugar es interesante también por su geología (es un afloramiento de radiolaritas) y por su flora (aparecen especies típicas de suelos ácidos, como Cistus ladanifer y Tolpis umbellata).

Seguiremos por el camino que nos conduce hasta las faldas de la Tiñosa, donde podremos observar especies típicas de los pastizales, como la seta de cardo (Pleurotus eryngii) o Melanoleuca grammopodia. Luego nos detendremos un rato en el encinar que hay bajo la cara noroeste de la Tiñosa, donde podremos ver especies típicas de los encinares (Amanita sp., Cortinarius sp., Mycena rosea, Tricholoma sulphureum, Boletus luridus, Xerocomus chrysenteron, Hygrophorus sp., Lepista sp., Clytocybe odora, etc. Nos acercaremos también hasta una interesante formación rocosa de la era glacial, una pared con cantos originados por crioturbación cementados por carbonato cálcico.